JINGLE BELLS, JINGLE BELLS…

1:::enero:::2010

A mí me gusta la Navidad. Con un par. A tenazón lo digo.

Ya sé, ya sé,
es una puritica ilusión, pero hasta una ilusión es real…, como ilusión.

Puede contener cuanto queramos fantasear o necesitemos en lo más hondo de nuestro ser, sepámoslo o no, y todo un elenco de pulsiones infantiles a destripar por esquizobecarios de psicoanalista austroporteño.

Esas pulsiones me las sé al dedillo, las tengo atadas en corto. Y ellas a mí. Como el tigre y el jabalí cuando se cruzan en la jungla, conscientes de su fuerza procuran evitarse.

Es lo que tienen…, los tigres (que rugen, muerden, aman).

El 27 de Febrero de 2008 colgué aquí un post que intitulé “Taxi driver”. Decía entonces que el psiquismo humano, según leí en algún lugar, “no puede integrar en su mundo más allá de ciento cincuenta o doscientas personas. Esto significaría que somos esencialmente tribales”.

La Navidad es la representación de ese tribalismo.

Alguna vez he escrito, desde la hórrida experiencia de algún descenso a los infiernos (esos insomnios que todos…, ya sabéis), que el calor de la tribu es un poderoso y terrible coro de sirenas (jingle bells, jingle bells)… Otras veces, me parece ser lo que realmente echo de menos. De ahí, quizás, que la Navidad me guste.

Dije también en aquel post que ese tribalismo explica muchas de las bajezas humanas…, pero en Navidad me quedo con la ilusión de lo que podría y nunca será.

Como la de cualquier otro hombre decente, mi alma está desgarrada… Como a cualquier otro vitalista radical, de tanto en tanto me salvan el corazón y la risa.

http://www.youtube.com/watch?v=0ltAGuuru7Q

… felimelifluo y gozoso 2mil10 year, yeaaahh, digo gggrrrrrr
© CrisC

26 Responses to “JINGLE BELLS, JINGLE BELLS…”

  1. signos Says:

    Lo primero que he pensado, tras esa defensa de la Navidad, es romper relaciones diplomáticas. ¡Faltaría más!
    Pero, oye, después, con un riojita crianza (lo mejor para la resaca), pues que me he ido calmando. Además, la chica, tan cariñosa con Santa; los poemas de Borges; el Somewhere the Rainbow; las dos últimas palabras del post (corazón y risa)…, que sí, que no están tan mal estas fiestas tan entrañables.
    Dejo aquí el Jingle Bell Rock, con el inimitable hortera Billy Idol y su colgadísimo guitarrista (arréglame el enlace, hermano, si vuelve a salir el pantallazo).

    http://www.youtube.com/watch?v=Bu6rS_W8zDs

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  2. CrisCrac Says:

    Así es…, no están tan mal las navidules, sobre todo si uno altera la conciencia con un buen vinillo: in vino veritas. El tal Billy, que se parece a Johnny Hallyday, otro hortera magnífico, se marca, ayudado del curioso tipo del sombrero, una versión genial.

    La criatura que besa a Santa sí que es una santa. Qué bonita es. Ya te cuento cómo se arregla lo del pantallazo (se le quita el http://, sin más). Salud.

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  3. Atticus Says:

    Con Signos, rompo relaciones diplomáticas por esta encendida, casi fallera, defensa de la Navidad. Si Nietzsche levantara la cabeza… También como él, me avengo a una mediación ante dos copas de Rioja, de Ribera del Duero, e incluso de Castillo de Liria.
    Si algo hay tribal (y trivial) es la horda de compradores que van lista en mano a «cumplir» obligaciones. Veo poco gozo, lo siento, y sí mucho agobio, más deseos de cumplir que de obsequiar. Y veo muchos comerciantes trabajando en domingo, maldiciendo las vacaciones, las pagas extras y el maldito liberalismo que no respeta el Día del Señor. Por cierto, ese gran invento de las religiones: santificarás las fiestas.

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  4. kike Says:

    Eso sí con un par… La magia de estas fechas, lo hacen las dulcineas el esfuerzo que cada uno hace para eso. Celebrar… Personalmente… Me ha caído un angel del oriente… y me hace pensar una vez más que la poesía los libros, la música, la cocina casera y el Rioja Reserva o bien ya que estamos una cepa pinot noir, pinot gris, pinot rouge o meunier para los finolis ( ver : «La bourgogne» D.O. ) me encantan… Pero el que duerme en la calle me hace pensar todo lo contrario o no . Y le saludo y digo hemos de valorar lo que tenemos, lo que somos para seguir con esa ilusion… Francia no celebra los Reyes pero hacen tartas de mazapan riquísisimas… Pero lo tribal musicalmente hablando es lo que buscamos ? y lo no musical ?
    y se me va lo esential… me quedo con el par de… para que suenen hasta que llegen los reyes del Oriente… Un saludo.

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  5. kike Says:

    Eso lo que se me olvidaba…
    http://es.wikipedia.org/wiki/Conde_de_Lautr%C3%A9amont.
    Leyla Perrone-Moisés y
    bEmir Rodríguez Monegal 4
    LAUTRÉAMONT ESPAÑOL
    Segunda parte
    3. Hermosilla, cretinizado por Lautréamont
    3.1. Los españolismos de Lautréamont
    Críticos y comentaristas franceses han subrayado insistentemente
    las faltas de lenguaje, los idiotismos y hasta
    los disparates tropológicos de Isidore Ducasse. La opinión
    más recibida es que, a pesar de hablar francés
    desde su niñez, Isidore no encontró en su ciudad natal,
    Montevideo, y más tarde en Tarbes y Pau, la oportunidad
    de perfeccionar su práctica escrita del francés.- Por
    lo general, esa misma crítica se ha abstenido de examinar
    en detalle el contexto linguístico en que se forma,
    tanto en el Uruguay como en Francia, el escritor que
    firma Lautréamont su libro más radical en este sentido.
    Algunas observaciones obvias tal vez sean necesarias.
    En primer lugar, Isidore Ducasse proviene, tanto de
    parte de padre como de madre, de las regiones vascas de
    Francia. Es decir: Isidore hereda en su propio hogar
    montevideano una práctica del francés que está sutilmente
    contaminada por una lengua y una cultura que
    no es originariamente latina. El vascuense, perdido en
    la práctica familiar pero inscrito en su tradición, es una
    lengua totalmente distinta tanto del francés como del
    español; es mucho más arcaica que ambas. Pero hay
    más: los vascos franceses tienen un tronco común con
    los españoles: muchas familias del lado francés eran
    originarias del lado español. De manera que ya en los
    orígenes remotos de su cultura había una presencia del
    español. Por lo tanto, no un doble sino un triple código
    lingüístico marca, visibleo invisible, la niñez de Isidore
    Ducasse.
    El francés hablado en el hogar de Francois y Jacquette
    tendría, sin duda, incrustaciones arcaicas del vascuense
    y más modernas del español. Por otra parte, el
    mundo lingüístico que encierra ese núcleo francés no es
    sólo el mundo de la calle y del campo uruguayos;
    también se puede presumir dentro de la casa misma la
    presencia de sirvientes de habla española. Este mundo
    español tiene un doble origen: por un lado, se arraiga
    en el español peninsular, aclimatado en Montevideo
    desde la fundación de la ciudad en 1726; por otro lado,
    en el aporte cosmopolita de españoles recién llegados,
    de vascos, de italianos (entre ellos, nadie menos que
    Garibaldi), y de inglcscs. En la fecha de nacimiento
    dc Isiclore, dos terceras partes dc la poblacicín dc MONItevideo
    era originaria de otros paises. Montevideo 0
    la Nueva Babel, podría haber &c-ritcl ,\lexandlc Dunia5.l”
    3 0
    Por lo que sabemos de su biografía, sólo a los trece
    años, en 1859, Isidore se traslada a un medio predominantemente
    mono-lingüístico. Y ese medio tampocoes
    exclusivamente francés ya que tanto Tarbes como Pau
    están localizadas en las provincias vascas, y los dos
    liceos a los que asiste Isidore recibían también estudiantes
    de otras nacionalidades.20 La formación lingüística
    del futuro Lautréamont fue, y esto es cada vez
    más claro, cosmopolita.
    Si se tienen en cuenta estas circunstancias, las incorrecciones
    que revela la escritura de Lautréamont parecen
    no sólo menores sino inevitables. El bilingüismo
    suele producir curiosos traumas, el menor de los cuales
    no es el sentimiento de duplicidad y escisión de la
    personalidad. En el caso de Isidore, este sentimiento se
    manifiesta también en la manipulación de la lengua
    francesa a partir de una práctica de extranjero. Esa
    condición también se pone en evidencia en la inscripción
    con que certifica orgullosamente sus derechos sobre
    el ejemplar de la Ilíada de Hermosilla (“Propriedad
    del señor Isidoro Ducasse nacido en Montevideo (Uruguayo)“,
    sino también en las alusiones al autor anónimo
    del primero de los Chants: “Ha nacido en orillas
    americanas, en la desembocadura del Plata…” (C 1, 14),
    y en las auto-referencias al “Montevideano”en algunos
    otros pasajes del mismo libro.
    Parece indudable que, en el momento en que Isidore
    comienza a preparar sus Chants -momentoque tal vez
    coincida con la adquisición de la Ilíada de Hermosilla,
    en el lapso en que su nombre desaparece de cualquier
    registro escolar de Tarbes o de Pau-**, él asume voluntariamente
    la máscara de suramericano, de montevideano
    más específicamente, para enfrentar el mundo de
    la escritura francesa a partir de una singularidad total.
    Esa singularidad, tanto lingüística como retóricamente,
    está apoyada en la práctica (hasta ahora invisible)
    del español y de su literatura.
    3.2. Las faltas de francés
    La crítica francesa, decíamos arriba, no ha dejado de
    señalar, con un loable cuidado, las faltascometidas por
    el autor de los Chants. Así Robert Faurisson parece
    querer competir en sarcasmos con Hermosilla, cuando
    levanta el catálogo de estas faltas: “absurdos chocantes,
    ” “pedantismos, ” “comparaciones bufonescas,” “tonrías
    y mimoserías, ” “giros viciados, palurdismos, mescolanzas,”
    etc.” Por su parte, y con intención muy
    diversa y otro tono, Michel Charles subraya faltas e
    infracciones al buen uso, suponiendo (con razón, hasta
    cierto punto) que Ducasse era latinista.23 Ahora bien, la
    primera observación que se impone es, simplemente,
    que muchas de las faltas de Ducasse son apenas españolismos.
    Así, por ejemplo, cuando Lautréamont escribe: “metste-
    le dans la tête” (C II, 13), está pensando en correcto
    español: métetelo en la cabeza. En ese caso, el orden
    pronominal correcto en español se vuelve inaceptable
    en francés. De la misma manera, en la primera versión
    del Chant Premier, escribía: “Rappelle-toi-le bien” (C
    1, 22), que es simétrico con el español: Recuérdatelo
    bien. La extrañeza de la preposición, cuando escribe:
    “Dans le commencement de cet ouvrage” (C 1, 2) se
    explica tal vez por el uso español: En el comienzo de
    esta obra. El mal uso de dans es una falta corriente que
    hacen los hispanohablantes, o lusohablantes. Otro ejemplo:
    “T’ayant écarté comme une avalanche, tu te préripiteras…”
    (C 1, 6); en español, el auxiliar sería el verbo
    haber: habiéndote apartado… El empleo del participio
    presente en: “Est-ce possible que tu sois encore respirant?”
    (C IV, 3) no es normal en francés, pero si se
    traduce literalmente esta frase se llega a: iEsposible que
    estés aún respirando?, lo que es correcto en español.
    Los ejemplos podrían multiplicarse. Faurisson señala:
    “se narguer de toi” (C II, 6) por :‘te narguer”; ahora
    bien, en español se diría: burlarse de tí. Subraya: “On te
    commet” (C. II, 6) por “on commet envers toi”; en
    español se suele decir: Te cometen. Faurisson concluye
    que “la obra está escrita a la diabla” (p. 48); sí, en la
    medida en que todo extranjero es un verdadero diablo.
    ¿No es sintomático que en las “Precisiones sobre la vida
    y la obra de 1. Ducasse”, Faurisson no haga ninguna
    referencia al hecho de que el tal Ducasse haya nacido en
    el Uruguay?
    Michel Charles considera como arcaísmo el empleo
    del posesivo en “n’ouvre pas tes yeux” (C II, 7); en
    español coloquial es perfectamente normal decir: no
    abras los ojos. Lo mismo con respecto “il appuie son
    corps” (C II, 11); en español: apoya su cuerpo. Charles
    llega hasta observar que Ducasse es extranjero en su
    propia lengua. La cuestión consiste en precisar cuál es
    “su propia lengua”: ¿una o dos? El relevo de faltas por
    parte de Michel Charles concluye con una proposición
    extremadamente interesante: “A partir de allí, dos tipos
    de análisis se podrían articular: un análisis gramatical,
    que buscaría señalar los puntos de ruptura, lo que yo
    llamaría las costuras de la rapsodia, y construiría así la
    lingüística de Ducasse; y una investigación histórica
    que, a partir de la precedente, trabajando sobre conjuntos
    limitados, podría retornar el famoso problema de
    las fuentes o de la fuente, y sobre todo del tratamiento
    de estas fuentes o del flujo de esta fuente” (p. 86). He
    aquí unas reflexiones que no pueden ser desarrolladas,
    a nuestro juicio, sin tener en cuenta el usodel español y
    la frecuentación de Hermosilla por Ducasse.
    Otra particularidad estilística de Ducasse a la que se
    refieren varios críticos, es el abuso en el empleo de los
    epítetos homéricos: “los hombres, de cabeza fea y ojos
    tremendamente hundidos en la órbita oscura,” “el hombre
    de cabellera piojosa,” etc. La familiaridad de Ducasse
    con el estilo homérico es un hecho probado, después
    del descubrimiento de Lefrère. Sin embargo, otro
    uso de Ducasse -la preposición del adjetivocalificativono
    es probablemente debido al modelo griego o latino,
    como sugiere Lucienne Rochon. Esta manía de Ducasse
    tiene seguramente origen en el español, lengua en
    que la preposición del calificativo es de uso corriente.
    Asi, “glorioso y seductor prestigio,” “orgullosa y enér-
    ;ica voluntad”, “antiguo entretenimiento”, “dramátios
    cuadros”, y otros ejemplos dados por Lucienne
    lochon no tienen su modelo en los discursos de M.
    iinstin sino, más verosímilmente, debían parecer naurales
    a la oreja uruguaya de Isidoro.
    Buena parte de los “errores” de la escritura de Lauréamont
    vienen de su bilingüísmo, del hecho de que en
    a práctica oral, como en la de los modelos retóricos y
    poéticos, Isidore Ducasse disponía de dos códigos. Los
    estimonios biográ,ficos que han dejado sus condiscípulos,
    2~ y los de algunos conocidos de la época parisila,
    coinciden en presentara un joven muy encerradoen
    sí mismo y que, como una vez dijo Valéry de Rilke,
    practicaba un abuso de intimidad con el silencio. Ese
    abuso se registra en una escritura dialogística en que el
    interlocutor es un otro sospechosamente parecido al
    interpelador, en que las fronteras entre el yo y el tú
    resultan abolidas; una escritura del soliloquio polémico,
    de la reiteración pesadillesca de temas y motivos,
    nasturbatoria en el sentido más preciso de la palabra.
    Las “faltas” son producto de la condición bilingüe
    >ero son, sobre todo, expresión del doble estatuto culura1
    que alegoriza el nombre propio: Isidore/Isidoro.
    .
    i.3. La marca de agua del barroco.
    Aunque hay una literatura francesa del barroco, ese
    estilo está en Francia severamente amonestado por la
    sujeción a la retórica neoclásica y por la producción
    crítica que prepara el neoclasicismo. En España, el
    barroco no tuvo barreras semejantes. Hubo duras polé-
    31
    micas entre conceptistas (como Quevedo) y culteranis
    tas (como Góngora); acremente se censuraron los exce
    sos de ambas tendencias, pero las disputas eran más
    guerrillas de facciones rivales que batallas de escuela
    opuestas. Así, por ejemplo, Quevedo no es menos ba
    rroco que Góngora. La diferencia está en una práctica
    distinta de la literatura. En tanto que Góngora remeda
    ba en español la sintaxis latina, Quevedo barroquizaba
    el pensamiento. El mismo Góngora alternó entre la
    poesía hermética de las Soledades y los Sonetos, y la
    musa popular y chabacana de los Romames. Mientras
    Gracián alambicaba los conceptos, Lope de Vega st
    burlaba de los gongoristas pero en su épica caía er
    gongorismos que Hermosilla habría de denunciar im,
    placablemente. El mismo Cervantes se rió, en el Quijo,
    te, de Feliciano de Silva pero en su Galatea y en los cas:
    pósturnos Trabajos de l’ersiles y Segismunda dio riend;
    suelta a su barroquismo.
    3 2
    Esta duplicidad se manifiesta también en Hermosilla
    que, en el Arte de hablar y en las Notas ‘a su Ilíada
    predica la lucidez, la frialdad y el control total de la
    razón, pero practica una censura virulenta y un energu
    menismo crítico que traicionan su propia contradic
    ción. Por sus excesos, Hermosilla es más barroco que
    Gracián. De hecho, ese idea1 de concisión, de litote y
    lucides que él proclama se encuentra mejor practicad<
    en Agudeza y Arte de ingenio que en su Arte de hablar
    tan prolijo y hasta tautológico. Para explicar este tipo
    de contradicción se ha dicho que el español es una
    lengua barroca. Garcilaso, Fray Luis, Bécquer, Alfonso
    Reyes, Borges, bastarían para demostrar que el verso y
    la prosa hispánicas pueden prescindir del terrorismo
    barroco. Pero lo que nos interesa ahora subrayar es que
    en la obra de Hermosilla pudo retornar Isidoro es
    contacto con un barroquismo que si no es inherente al
    código lingüístico y a la escritura española, sí es muy
    característico de ambos.
    El hecho decisivo es que, para atacar al barroco y en
    particular a Balbuena y a Lope, Hermosilla cita abundantemente
    a estos poetas. Estas citas han podido constituir,
    para el joven Isidoro, la iniciación a una poesía
    le metáforas deslumbrantes, una poesía que juega con
    as palabras y explota los tropos hasta el delirio. En los
    ejemplos condenados por Hermosilla (pero copiosamente
    citados por él), Isidoro pudoencontrar las municiones
    que necesitaba para su demolición de la sintaxis
    francesa, para la parodización violenta de los modelos
    románticos, para la subversión de una retórica que,
    vista desde su extrema marginalidad de montevideano,
    sólo podía parecerle definitivamente arruinada.
    Muchas extrañezas estilísticas de Lautréamont, señaladas
    con interés por cierta crítica francesa y con sarcasno
    por Faurisson (“comparaciones bufonescas,” “perífrasis
    ampulosas,” etc.), parecen casi moderadas si se
    las compara con las audacias del barroco español. Así,
    por ejemplo, se ha notadoque Lautréamont abusaba de
    las personificaciones, a veces aplicadas a las partes del
    cuerpo (“mis diez dedos concentrarán la totalidad de su
    atención, ” “la advertencia solemne de mis sobacos,”
    :tc.) 0 a facultades psíquicas 0 morales (“muchas conciencias
    enrojecieron”), y lograba efectos chocantes de
    metáforas encadenadas. Ahora bien, en el manual de
    Hermosilla se pueden leer ejemplos como éste, de Rioja:*
    El corazón entero y generoso
    Al caso adverso inclinará la frente,
    antes que la rodilla al poderoso. (AH, p. 363)
    Hermosilla condena el uso por los poetas barrocos de
    términos técnicos, tomados en el vocabulario de las
    ciencias exactas o de las artes (geometría, astronomía,
    náutica): “es claro que no se deben usar, sino cuando se
    hable con los profesores de la facultada que pertenecen,
    porque los demás no les entenderán, o a lo menos no
    tienen obligación de entenderlos” (AH, p. 148). ¿Qué
    pensaría Hermosilla de esto: “El magnetismo y el cloroformo,
    cuando se toman el trabajo, saben algunas
    veces engendrar de modo semejante a esas catalepsias
    letárgicas” (C IV, 6); o de esto: “hermoso como la ley de
    la detención del desarrollo del pecho en los adultos
    cuya propensión al crecimiento no está de acuerdo con
    la cantidad de moléculas que su organismo asimila”
    (C V, 2). Hermosilla habría considerado a Isidore como
    u n “energúmeno”, ya que es precisamente el uso de
    términos científicos por los barrocos españoles lo que
    había suscitado ese calificativo en sus escritos (.\l i, 1). 1 1X)
    El hecho paradójico de que Isidoro DucaSse haya i
    encontrado, en el más rancio neoclasicista, el más anacrónico
    de los retóricos del siglo XIX, un estimulante
    para su “cretinización” del lector, no puede encarecerse
    demasiado. El anacronismo retrospectivo de Hermosi-
    *EII la Cpoca de I-iermosilla era común atribuir a Francisco de Kioja
    la Epistola nloral <1 Fabio, a la que pertenecen los versos citados. En
    nuestros días parece más probable que su autor sea el sevillano
    Alonso Fernández de Andrada. (La Redacción.)
    lla produciría, en la lectura a contrapelo de Isidoro, e
    anacronismo prospectivo del Conde de Lautréamont 1
    de Isidore (esta vez en francés) Ducasse, autores respecti
    VOS de los Chants dc Maldoror y de las Poésies: libro
    que inauguran la literatura del siglo XIX.
    4. Conclusiones
    La inscripción, de puño y letra de Isidore Ducasse, en e
    ejemplar descabalado de la Ilíada, permite comproba,
    que el autor no sólo usaba el español como lengua
    doméstica sino que lo utilizaba como lengua de cul
    tura. Por esa anotación se sabe: 1) que había leído a
    Homero en español; 2) que había estudiado retórica en
    español; 3) que había tenido acceso a la poesía español;
    del Siglo de Oro, del Barroco y del Neoclasicismo, as
    como de la escuela sentimental (pre-romántica), a través
    de las abundantes muestras citadas en el Arte de
    hablar. Estas comprobaciones permiten inaugurar una
    nueva área del estudio de la retórica de Lautréamont: e
    área española. Modifican sustancialmente un reperto
    rio que se había confinado hasta a hora al campo francés
    y a las literaturas ya asimiladas por la francesa. La
    apertura hacia la cultura española da acceso a un mues
    trario poético y a fuentes retóricas a la vez diferentes y
    muy ricas. Esta diferencia del repertorio español debe
    ser subrayada enfáticamente.
    Pero no se trata sólo de una retórica y de un muestra
    rio poético. Tanto en el Arte de hablar, de Hermosilla
    como en su traducción de Homero, Isidoro Ducass
    pudo encontrar un modelo de discurso didáctico y un;
    práctica de la poesía que marcaron fuertemente su propio
    discurso. No fue el moderado M. Hinstin sino el
    atrabiliario Don José Gómez de Hermosilla el que
    facilitó el insuperable paradigma del retórico que él
    supo parodiar hasta las últimas consecuencias. Lo
    exabruptos didácticos de los Chants, el absurdo lógico
    y el frío moralismo de las Poésies tiene un seducto
    modelo en el Arte de hablar.
    En cuanto al Homero español, la traducción violenta
    y mucho más indecorosa que las francesas que maneja
    ron los coetáneos de Isidoro, deja también su huella en
    L
    En el próximo número de Vuelta
    nuestro amigo Jorge Ibargüengoitia
    reanudará sus colaboraciones
    En primera persona.
    .
    los Chants. En el Homero de Hermosilla pudo reconocer
    Isidoro el mismo acento que tenían los infinitos
    relatos de la Nueva Troya que hechizaron su infancia.
    Como las imágenes obscenas que fijan (circular y monótonamente)
    las obsesiones masturbatorias de la adolescencia,
    aquellas muertes y mutilaciones de la Ilíada
    entraron en la corriente de los sueños y pesadillas de
    Isidoro, para siempre fijadas en el verso torpe pero
    enérgico de Hermosilla.
    La inscripción en el ejemplar de la Itiada es ya el
    punto de partida para una nueva lectura de Lautréamont
    y de Isidore Ducasse: una lectura que no pretenda
    desconocer de ningún modo los extraordinarios trabajos
    del dominio francés pero que modesta pero firme- .
    mente subraye la necesidad de ampliar ese dominio
    hasta incluir el español. Eso fue lo que, orgullosamente,
    hizo Lautréamont en su obra. Operación de total’
    carnavalización del modelo, de cretinizacibn no sólo
    del lector sino también de las fuentes, a la que dedicó el
    montevideano los pocos años de vida creadora que ese
    Dios (contra el que nunca se cansó de blasfemar) le
    había concedido.
    NOTAS
    l9 Maurice Saillet señala: “En el siglo pasado, las regiones de
    Bigorre o de Béarn tuvieron una gran emigración a Amkrica Latina,
    principalmente al Uruguay” (p. 14). También señala: “en 1846, año
    del nacimiento del pwta, el canciller Marcelin Denoix, evalúa entre
    6.000 y 7.000 el número de franceses, en su mayoría artesanos y
    comerciantes. radicados en Montevideo” (p. 18).
    *O Visitando el Lycée de Pau, en 1866, Victor Duruy, Ministro de
    Instrucción Pública, escribía al Provisor: “Considerovuestra insti:ución
    como uno de los liceos más interesantes del Imperio, Está en
    lugar destacado, no olvidemos. Atraídas por el encanto de la región.
    por la inefable dulzura del clima, familias enteras, la élite de la
    Europa aristocrática, vienen a residir con sus hijosa Pa”.” Y Caradec
    agrega: “(…) los extranjeros son numerosos allí. Según un informe de
    1878, de 425 alumnos, 85 son extranjeros, de los cuales 33 son espafíoles,
    19 ingleses, 17 americanos, 7 rumanos, y 9 de otros países distintos”
    (Francois Caradec, Isidore Ducasse, Comle de Lautréamont,
    Collection Les Vies Perpendiculaires, Paris, La ‘Tabla Ronde, p. 73).
    21 Esta lagupade catorce meses permite a Saillet (p. 20) suponer que
    Ducasse completó sus estudios, durante el año escolar 1862-83, en
    alguna institución privada de Francia. Otra hipótesis: podría haber
    regresado a Montevideo, donde tal vez adquirió la Ilíada y el Arte de
    hablar, editados en Francia pero usados sobre iodo en los países de
    lengua española. El viaje entt-e Bordeaux y Montevideo duraba cerca
    de un mes. En 1867, Caston Maspero lo hizo en ese lapso (Apud
    Francois Caradec, p. 102).
    ** A-t-w lu Lautréamont? Paris, Callimard, 1972.
    2y “Elements d’une rhétorique d’kidore Ducasse,” Nouvelle Kev’ue
    Francaisie no 217. en. 1971.
    24 El testimonio de Paul Lespes (ed. Saillet, pp. 21-24) permite
    entrever esta soledad: “Estaba por lo general triste y silencioso y como
    replegado en sí mismo. Dos o tres veces, me hablócon alguna animación
    de los países de ultramar donde se llevaba una vida libre y feliz. A
    menudo, en la sala de estudio, pasaba horas enteras, con los codos
    apoyados sobre el pupitre, las manos en la frente y los ojo.5 fijos sobre
    w libro clásico que no leía; se podía ver que estaba hundido en un
    ensueño. Pensaba con mi amigo Minvielle que tenla nostalgia y que
    sus padres no podrían hacer nada mejor que llevarlo de vuelta a
    Montevideo.” Se ha sugerido que esta evocactón tardía habría psdido
    ser retocada, en la memoria de Lespes, después de la lectura de los
    Char,ts. Es posible, pero todos los testimonios sobre Ducasse coinciden
    en cuanto a su extrañeza y soledad.
    3 8
    La vida aleve
    l
    DE GATOS
    Rigas Kappatos, poeta y escritor griego, ha traducido
    al idioma de su patria poesía latino americana y española
    contemporaneas. Vive en Nueva York y sirvió
    durante muchos años como oficial en la marina mercante
    griega. Publicó en 1980 en Atenas el libro “16
    poetas de América Latina”.
    El poema que hoy transcribimos en versión española
    del mismo Kappatos, supervisado por Hilda y Gonzalo
    Rojas, forma parte del libro de próxima publicación en
    Atenas “Poemas para Athinulis”, dedicado a un gato
    del mismo nombre que acompañó al autor durante 13
    años de su vida.
    Alvaro Mutis
    La tierra poco a poco va llenándose
    con tumbas de muertos. Pero nadie
    piensa en los pequeños galos,
    tan chiquitos
    que salen en su muerte a otro aire y para ellos
    ni un recuerdo en este mundo
    de mortales queda, ni
    una pequeña lápida donde esté pintado un
    ovillo, algo.
    Ni el hotza ni el cura ni el rabino
    en sus Escrituras tienen algo para ellos
    y ni siquiera los humanos
    con pocas, pocas excepciones,
    cuidan de su minúscula presencia a un intacta.
    Dios, oh cristiano
    Dios, mahometano Dios, hebreo
    Dios, escucha
    mi voz, dales
    en ese otro mundo una pelota para que jueguen,
    un árbol para que trepen corriendo en tu paraíso
    y miren desde ahí hacia abajo, hacia este,
    cuando, suspensos y libres,
    ríen con sus ojos: dales
    un pedacito de hígado, un pescado
    los domingos, para que ellos también gocen.
    ¡Ellos no pecaron nunca sobre la tierra!
    Señor de los gatos y de los hombres,
    reúnelos
    alrededor de ti para que duerman
    cálidos, enrollados, ronroneantes,
    felices.
    A m é n .
    3 4

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  6. CrisCrac Says:

    Pero hombre de Dios…, Atticus, ¿tú también, hijo mío?

    El post va de algo más que de la Navidad. Siempre es así. Va de pulsiones primarias, y de que éstas se nos cosen a los ijares en la infancia. Y va de su gestión racional en la edad adulta. Y de un psiquismo conformado hace millones de años, antes de salir de África, y nutrido en la condición social del ser humano: el zoon politikon aristotélico. Y de la condición tribal de la naturaleza humana. Y de los coros de sirenas que la acechan de continuo.

    Y de que lo que ganamos con la irrupción de la individualidad en la Modernidad, lo hemos perdido por otra parte en la soledad radical que se expresa de modo abrupto y doloroso en las urbes actuales. Y de la tentación de disolver la integridad personal en el seno de lo que suelo llamar la representación más conspicua del Mal: la comunidad de vecinos.

    Y de las bajezas humanas a que da lugar. Y de que mi alma, la de muchos, está desgarrada entre esas dos naturalezas: la atávica y la cultural, desgarro en el que se enmarcan todos los problemas que tratan hoy las ciencias humanas y que han tratado siempre los poetas. Y de que nos salvan los sentimientos y el humor.

    Criaturillas de poca fe. Ahora…, que si hay que mediar, se media; con Rioja, Ribera del Duero o un Requena-Utiel…, pero, joder, ¿con Castillo de Liria? Eso sí que es pa romper relaciones diplomáticas, relaciones peligrosas y hasta con la categoría misma de la relación… “¿La relación entre qué?” (es broma nuestra) Ja, ja, ja…

    Lo dicho, mi alma está desgarrada. Jingle Bells, Jingle Bells

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  7. CrisCrac Says:

    Eso, con un par: la magia, las dulcineas y el ángel de oriente hasta las cejas de tinta fina y pinot rouge. Y el mazapán. Otro.

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  8. CrisCrac Says:

    ¿…? ¿Y ese peaso de testamento sobre el Lautréamont español? Bastaba con un link. Joeessshh… ¿Qué pasó?

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  9. Atticus Says:

    Pos debe ser, CrisCrac, que no lo he pillao. Por las fechas mismamente, que no está mi celebro pá más celebraciones y tanta condición tribal, gestión de la individualidad y atávico desgarramiento… Como que no me da pá tanto la mollera.
    Y esto que acabo de cenar con Olga, cuya inteligencia siempre despierta mis amazapanadas neuronas.
    Retiro lo del Castillo de Liria. Cambio por Castell del Remei. Si no lo has probado, organiza un curso de mediación con Signos y conmigo. Hablamos de Navidades, de lo que quieras. Yo pongo el vino.
    Lo de la relación has de explicarlo. Merece un post.
    Oye, por último, ¿qué le has hecho a Kike?

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  10. JoseV Says:

    Pues sí CrisCrac, hay dos fuerzas que nos mueven (que mueven la cosa evolutiva desde los seres unicelulares hasta los complejos) el egoísmo o competición y la colaboración (integradora y altruista, porque implica sacrificio de libertad). Primero es una y después la otra. Ahora que parece que a nivel “humano” estamos en la transición, muchos perciben o estamos percibiendo, ese “desgarro del alma” que comentas, debido a los dos impulsos interiores opuestos y simultáneos. Lo que tú llamas atávico (el egoísmo) y el cultural (colaboración).

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  11. signos Says:

    Oye, el comentario de Kike debe de ser el más largo de la historia, digno de figurar en el «guiness».
    Con Atticus rompo relaciones diplomáticas por brindar con Castillo de Liria (más conocido como Castigo de Liria).Vamos, ni a mi peor enemigo le ofrecería semejante brebaje. Te recomiendo, Atticus, verter el contenido de ese tintorro en el fregadero (limpiarlo después a fondo con Mr. Proper o algo similar) y deshacerse del envase con nocturnidad en cualquier contenedor destinado al efecto y alejado del domicilio habitual.

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  12. CrisCrac Says:

    Claro que lo has pillao, galán, pero te puede ese anticlericalismo feroz que asusta a las churris y las pone* (je, je, je…) a temblar como flanes (je, je, je…) en cuantico te las pasas (je, je, je…) al lado (todo inocente)…

    Así que Olga despierta tus… lo que sea. Vale. Enhorabuena, Olga.

    Venga ese Castell del Remei o un Pago de Tharsys o cualquier otro morapio rico-rico. ¿Hace, Maese Signos, o todavía andas con la cosa tardomedieval germánica? ¿Ta llamao la cabra?

    Nenicas, estáis invitadas.

    Yo no sé lo que le he hecho a Kike, pa mí que se le gripó la glándula pineal.

    * Ayer estuve tomando unas birras con un amigo. Nos sentamos y vino una camarera rubia de la que se podía haber abrevado directamente (sin pasteurizar). Y nos espetó: “¿os pongo algo?”. Que si nos ponía algo…, que si nos ponía…, ay, criatura.

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  13. CrisCrac Says:

    Como ya he dicho, creo que algo se le gripó a mi primo.

    “Castigo” de Liria, ja, ja, ja… Es que ahí te pasaste, Atticus, vuelve al redil de la bodega del señor, vuelve, Atticus, y pongámonos hasta las cejas en las bodas de Canaán (o Caná, o Canán, joé, que el Google no se pone de acuerdo) y que el tocayo ese mío, un tal Christ o así, multiplique todo lo que quiera y convierta el agua en pirraque de reserva.

    Signos, perdónalo, ya ves que se halla dispuesto a la cata de mejores caldos. Y tié temple.

    Vosotras, nenicas, qué…, no bebéis, ni blogueáis ni ná, ¿verdad? Ni eso ni nada de todo eso que se supone no hacéis pero sí hacéis pero no contáis. Malas que sois, brujas, vosotras a lo vuestro: agostar cosechas, enflaquecer los ganados, juguetearle las magras a los gatos negros, aquelarre va y aquelarre viene y, hala, con la mandrágora ésa en las viles mucosas, más colgás que una paraguaya en air comet y más malas que siete. Brujas. ¿Habéis pasao la ITV de la escoba?

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  14. CrisCrac Says:

    No estoy tan seguro de ese polo altruista que dices y, sobre todo, no lo estoy de su genealogía…, pero, por otra parte, es evidente que la Historia está llena de alturas humanas que lo son por esa entrega. Algunas rinden mis bastiones. Es una de mis muchas debilidades.

    Del desgarro sí, de ése sí estoy seguro.

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  15. Atticus Says:

    Yo creo que lo del Castillo de Liria es algo atávico, eso sí. Y no se me ocurre la razón. ¿Será por lo del Castillo?, ¿por lo de Liria? Te pasas, Signos, yo a mis tuberías las trato bien y no les echo guarrerías, por lo que me abstendré del líquido mencionado, ya que tanta inquina le profesáis.
    Oye, lo de la rubia, muy bueno. Pero no cuentas el final. ¿Os puso algo o aún os cuelga la quijada? Cosas del Señor, que por Reyes premia a los que han sido buenos. A otros ni eso.

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  16. CrisCrac Says:

    Recuerdo de nuestros universitarios y atávicos días (pelaos de guita, no como ahora, que ganamos un ostentóreo pastón) que pedíamos Castillo de Liria y me sabía a jabón. Siempre me supo a jabón. De ahí que Signos te lo recomendase para la cosa tubera.

    La camarera rubia nos puso, absolutamente. Y también nos trajo unas birras.

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  17. kike Says:

    Ya el copy paste lo siento… dar a la flecha y ya está era interesante el bilingüismo de ese joven poeta, de ese precursor del surrealismo… nadie de lo que veo lo ha leido ? Atticus me caes bien prueba un pinot please… con un john Coltrane y una vez más lo que me rio con vosotros… y lo que aprendo. Chapeau a mi primo. Ver la peli el herizo me pareció buena… Para la barbacoa de la primavera puedo ir con mi novia ? gracias… quiero una en la playa en frente de casa y que venga la guardia civil… un abrazo.

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  18. Atticus Says:

    Gracias por tus palabras. Probaré el pinot, y también al Coltrane, que no conozco. Me alegro de que te gustase la peli: eres el primero que me lo dice, el resto me miran de medio lado y los más generosos me obsequian con su silencio. Uno me dijo que es que yo era un poco gay. Será.
    ¿Lo de la barbacoa, ¿a quién se lo propones? Rebusca entre los poriféricos, que yo vivo en la España profunda, en un tercero a 350 kilómetros de la playa más cercana; mi casa tiene vistas al monte, que hasta anoche estaba nevado. Pero si encuentras el lugar manda a tu novia. Si no puedes ir no pasa nada. Pero manda a tu novia. Y de ningún modo a la Benemérita… Un abrazo también para ti.

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  19. kike Says:

    Hecho la barbacoa a ver como organizamos eso… Mi novia sin guardaespaldas no sale ni a comprar… Otra cosita ya que vivo en Madriz y trabajo en Mallorca. Y soy Parisino Frances va a ser dificil como elegir un buen vino que nunca debe superar la comida me dijo un somelier. Mi glándula pineal va bien no preocuparos… El libro » La elegancia del herizo tiene buena pinta «. Y por fin se terminan estas navidades… 350 km eso Atticus donde es virtualmente ? un saludo.

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  20. CrisCrac Says:

    Joé con el “copy paste”… Si quieres, le meto tajo.

    Al Ducasse lo conocía de orejas, pero no he leído nada de él. Barbacoas…, vale, pero deja a los picolos a su bola, que me traen malos recuerdos, aunque mis respetos ahora (por lo general).

    Un buen vino es fácil de elegir…, si se tienen eurípides suficientes. Esteeee, prefiero una comida chusca y un buen vino que un gran papeo y un mal mollate.

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  21. CrisCrac Says:

    Vale con el pinot. Siempre que no sea el Lamchusco ése…

    ¿Cómo que un poco gay, Atticus? ¡Por el dios de los ateos, teneos! Esas niñas de allí, ¿qué las pasa? (Laísmo is beatiful). La hibridación de virilidad y sensibilidad no es gay style o metrosexualidad sino inteligencia y altura de caballero. Una cosita asín como nosotros.

    Por cierto… el otro día en la radio dijeron que “Ujfalusi” significa “nómada”. Por poco me parto la nalga dura (duermo de ese lao) de la misma risa. Yo creí que significaba “quintacolumnista”.

    Ujfalusi’s Square… La madre que lo alumbró en Chequia, animalico…

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  22. Atticus Says:

    Gracias por lo que me toca. Algunas mujeres tienen claro eso. Otras, sólo la parte teórica, pero luego se van con el de la moto (metáfora que supongo innecesario tener que explicar). Les gusta la conversasión, las palabras amables, la compañia suavemente envolvente, la risa no grotesca… Pero a menudo aparece la canalla de la moto… y se las piran. Y encima te sueltan eso de: «Es que estoy enamorada», «tú sí que eres un amigo». Qué asco, que necesaria es la reencarnación.
    El «Lamchusco» es simpático. Al principio. Pena de mañana siguiente: ¿por qué tomé tanto rosado con gaseosa y cianuro para mis neuronas? Nunca mais.
    Lo de Ujfalusi’Square queda bonito. Pero el pollo en cuestión mejor haría en pastar rebaños en Bohemia. Y de paso que se lleve a Perea, a Antonio López… No es un quintacolumnista. Es que el Atlético todo es la Quinta Columna. Lo sabemos. Sólo de vez en cuando descubre su ser, su sustancia sustancial y sustantiva. Y es.

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  23. La verdad es que la Navidad despierta sentimientos muy diversos…







    Gracias por el correo 🙂 ¡Feliz año a tod@s!

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  24. CrisCrac Says:

    Es que algunas mujeres son muy poco hombres. Hala, ahí queda eso.

    Lo malo de ser categórico con el Atleti es que te deja en bragas a la primera de cambio. El otro día, cuatro roscos al Vallata. Y ayer cinco por el cucu te la hinco al pobre decano recreativo. Eso sí, sufriendo, por supuesto, con cagada dúplex del Asunçao, que le tocaba esta vez.

    ¿Que por qué somos del Atleti? «Nosotros, los elegidos del sufrimiento» (Nietzsche). Y porque tenemos clase, qué pulevas.

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  25. CrisCrac Says:

    E ‘vero. La Navidad, como el Ser, se dice de muchas maneras (y músicas diversas).

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  26. Atticus Says:

    Hoy me hablaba una muy querida amiga de lo necesario que es aprender a perder. A mí me lo van a decir: hace tiempo que a mi hijo sólo le gano al ajedrez; hace tiempo que no triunfo en otros lances (eso sí, con elegancia y dignidad, eso siempre). Y además, aunque no sea un forofo, simpatizo con el Atleti, que no es precisamente un ganador…

    Oye, lo de las mujeres muy poco hombres… Tengo una torsión en el lóbulo pariental anterocronomófico de tanto pensar. ¿Lo cuálo es eso?

    Y lo de la Navidá… ¿Piensas tener a los Reyes y a Papá Noel toda la vida en tu blog? Pensé que era cogna; veo que no.

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