EL LOCO EN EL JARDÍN

22:::abril:::2012


has de saber que no fue
por matar al pelícano sino por nada por lo que yazgo aquí entre otros sepulcros y que a nada
sino al azar y a ninguna voluntad sagrada de demonio o de dios
debo mi ruina

LMP. Poemas del Manicomio de Mondragón.

siento que de vez en vez la vida lo daña y atraviesa

siento ese obscuro hiato que lo empuja al arrabal, que lo singulariza, extraña y aísla

lo siento caer en medio del asfalto: caer abajo, adentro, roto ante la mirada deslucida y roma de su especie

no juzgar(me), se dice, y espera de esa dejadez cauterio: salud

de continuo advierto el zumbido de las moscas y ese emputecido silencio
que venera todos los ídolos, como un ansia de salvífico amparo que todo lo excreta con una estupidez tan atávica como letal

no es ingenua esa bovina inercia del gentío, esa burda forma de autodefensa

que ni siquiera raya a la altura que exige todo gran desprecio, pero que procura aniquilarlo (no me engañan los nuevos sacerdotes ni las beatas de siempre: bien lo saben)

es su propia herida la que tanto hiere, por luminosa acaso: a dónde (hu)ir o alzar terroríficas armas de ofensa

quizás no sea la vida, no lo es, pero entonces quién: a quién, pobre loco, tonto, hendido y poeta deshauciado citar a duelo…, a quién

no estás solo, ve, quien te habla es tu demonio

http://youtu.be/-7p7-w8DvKQ

… dedicado al poeta Leopoldo María Panero
© CrisC

23 Responses to “EL LOCO EN EL JARDÍN”

  1. coeliquore Says:

    Todos tenemos un loco en el jardín…
    La foto, con él detrás del cristal y la cruz que forman las maderas de la ventana, es… punzante cuando menos.
    No dejará de sorprenderme nunca cómo, a pesar del sufrimiento, nos aferramos a la vida, no queriendo morir nunca.
    «La vida es un cuento de brujas», dice Panero. ¡Cuánta lucidez!!!!!

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  2. clothbbi Says:

    Leo y veo el video que enlazas. Belleza hiriente, puta embustera, como una dionaea muscipula.

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  3. Ícaro Says:

    A un lado un bucólico y verde bosque que es infierno. Al otro, la gran incertidumbre conocida por muchos como «paz eterna».

    «La poesía destruye al hombre
    mientras los monos saltan de rama en rama
    buscándose en vano a sí mismos
    en el sacrílego bosque de la vida
    las palabras destruyen al hombre (…)»

    (Leopoldo María Panero)

    Ese zumbido ansía la carne. Deberá citarse a sí mismo a riesgo de enloquecer mordiendo sus entrañas, que, a su vez, constituyen su propio aliento. Pertenece a la especie, y usted, y yo.

    4:03: «¡Dios mío qué solos
    se quedan los muertos» (Rima LXXIII)

    (Y los vivos, me temo.)

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  4. CrisC Says:

    no sé si todos, Coeliq, yo sí lo tengo: bien adentro, y me habla

    como una dionaea muscipula, puta, falaz y bella que con eso pugna por la vida

    el infierno es interior, la realidad más palmaria de nuestro existir: algo así, dice y firma el poeta: putas, llama Octavio Paz a las palabras y son, al decir de Platón, lo único que tenemos: nos destruyen, sí, pero peor ser esos saltimbanquis acéfalos: si no es de modo excepcional y en la ironía, favor, de usted no

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  5. coeliquore Says:

    Antes creía en el destino, y esto me servía para encontrar una explicación a la que asirme ante lo inexplicable. Me decía que venimos al mundo a cumplir una misión y que, cuando la realizamos, partimos a un lugar mejor. Ahora no: sólo veo azar, injusto y maldito. Me apena este cambio.

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  6. CrisC Says:

    el destino es un mercader que vende sombras de humo en un mal sueño

    no hay misión que valga en una noche sin fin, la nuestra, la del mundo, en la que no hay caminos porque se hacen al andar: a esto lo hemos llamado libertad, e incluye, debe incluir, la lucidez de saber que no hay Itaca alguna al final del viaje, el coraje de asumir los riesgos de vivir y la elegancia de llevar arriba el gesto y la mano tendida

    el azar no es injusto ni maldito ni nada que no sea azar, es la vida misma

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  7. paraqueloleas Says:

    Hace muchos años escuchaba a L. Panero una tarde a la semana en la cadena Ser, con Gemma Nierga. Era divertido, unas veces era locuaz, otras necesitaba todo el programa para cuatro palabras, e incluso había días en que decidía no hablar.
    Fue cuando alguien me descubrió a toda la familia en el documental «El desencanto» y la segunda parte «Despues de tantos años».
    Como dice CrisC, el azar de caer en una familia u otra es la vida misma.

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  8. CrisC Says:

    Vi ambas pelis y, aunque hice un esfuerzo empático de comprensión,
    creo que generacionalmente me empujaban fuera del relato. No entendía a aquella elegante mujer ni a sus tres desmadrados hijos. Y mucho menos al padre ausente y cómo, supuestamente, gravitaba sobre sus hijos.

    Leí una biografía sobre LMPanero, y me sigue costando entender a este aciago híbrido de patología y lucidez, capaz de algunos de los versos más dulces que he leído nunca.

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  9. paraqueloleas Says:

    ¿Qué querías entender de un LMPanero que hacía el programa del que te hablo desde el manicomio de Mondragón?
    Es como una escultura: o te impacta la primera vez que la ves, o ya no te dice nada.

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  10. CrisC Says:

    Intento responderte…, y me ha salido un post. Habla de mí. Ya lo he eliminado, en el jardín sólo cabía un loco.

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  11. Alterego Says:

    Como dice paraqueloleas, determinadas cosas o te impactan la primera vez que las ves o lees, o ya no te dicen nada.
    CrisC, dices que intentando responder te ha salido un post que habla sobre ti. ¿Por qué lo has eliminado? ¿Por qué no se te ha ocurrido regalárnoslo?

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  12. paraqueloleas Says:

    ¿Habla de ti, o del loco que hay en ti?
    ¡¡Queremos saber!!

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  13. CrisC Says:

    Lo he eliminado porque empecé, continué, seguí y, al final, era un tocho sieso, narcisista y quejumbroso que de regalo tenía poco. Que rima con loco.

    LMPanero c’est moi. Cotillas…, que sois unas cotillas (maravillosas, muaqs).

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  14. Alterego Says:

    Sí, sí… ya sabía yo que ibas a salir con la excusa del narcicismo y esas cosas. Paraqueloleas, entre tú y yo, estoy convencida de que CrisC ha escrito sobre el loco que hay en él y que el motivo de eliminar el post responde más a una cuestión de tener o no tener… güevos. Sí, algo cotillas seremos, no lo dudes.

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  15. CrisC Says:

    En realidad el post lo dice todo. Y mi comentario anterior.

    Y sí tengo de eso que dices, dos, uno a cada lado de la costurilla y empaquetados en una práctica bolsita llamada escroto que tiene la hemodinámica virtud de la movilidad en función de las emociones, el
    frío y/o/u otros menesteres.

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  16. Aliénor Says:

    Locura y belleza no son compatibles. La locura es atroz, y por ello la travestimos y la disfrazamos, cuando todavía podemos, con atrezos pseudocientíficos del tipo síndrome- trastorno- conflicto- déficit-alteración… Buscamos cualquier cualidad oculta en quien la padece para no asumir la tragedia.

    Da igual, la locura es horrorosa. La de las personas que queremos nos duele hasta al respirar, la que es más lejana y ajena también nos (me) convulsiona, aunque sea levemente.

    No podría escribir, jamás, una sola palabra amable sobre la locura. Me sobrepasa, me derrota.

    Tú sí.

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  17. CrisC Says:

    Los versos que encabezan el post son del poeta. Sobrecoge su lucidez, cruelmente autopunitiva. No hay en ellos amabilidad alguna. Tampoco en el post: “la vida lo daña y atraviesa”, “roto ante la mirada deslucida y roma de su especie”, “pobre loco, tonto, hendido y poeta deshauciado”…

    No sé si has leído “Poemas del Manicomio de Mondragón”. Si lo haces, verás que no yerro: “este aciago híbrido de patología y lucidez, capaz de algunos de los versos más dulces que he leído nunca”…

    Este hombre que, equivocándose, se hace responsable de su ruina es capaz de versos demoledores como “Mañana morirá otro loco: de la sangre de sus ojos nadie sino la tumba sabrá mañana nada”…, y también capaz de esta otra altura:

    “y ahora que el poema expira te digo como un niño, ven, he construido una diadema (sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)”… Intitula el poema “A mi madre (reivindicación de una hermosura)”.

    “La locura es atroz”…, puedo imaginarlo.

    No frivolizo, Ali, no la travisto. Incluso los poetas deshauciados, yo lo soy, sabemos que la iluminación de la condición humana exige viajar a las fronteras de esa condición, a las simas y abismos -dice otro loco: el turinés Nietzsche- que “dan que pensar”, más aún, que es a nosotros a quienes nos corresponde ir.

    Y más aún otro poeta, el checo Holan: “Hay silencios que debes expresar tú, ¡precisamente tú!”.

    La locura es una de esas lindes. Queden para otros las comodidades del pensamiento, el tresillo de ikea y la cochina tele en un mismo pack, las fruslerías diarias, “la estupidez cotidiana -escribe Cavafis- de las relaciones y el comercio”…

    Como el poeta Dámaso Alonso “… paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma”… Y mira por dónde, me contesta otro poeta, el gallego Celso Emilio Ferreiro: “el silencio de Dios es como un barco que navega mis ojos dulcemente (…) el silencio de Dios se transforma en niebla y me pesa en los párpados”…

    No he escrito una sola palabra amable sobre la locura, Ali, y no es la primera vez que te observo respirar por la misma herida, ésa que nos causa el cariño por “las personas que queremos” y que, por ello, “nos duele(n) hasta el respirar”.

    Yo no, Ali, tampoco podría. Cuenta con mi afecto.

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  18. Alterego Says:

    Efectivamente la enfermedad mental es devastadora para quien la sufre, pero hay que exceptuar de ella los períodos hipo o maníacos del trastorno bipolar donde se dan seguramente las explosiones de talento más intensas en aquellos que sufren esta enfermedad (el talento creador surge a pesar de la locura y no gracias a ella).
    El concepto de locura ha ido emparentado con el de la genialidad, la creatividad y el pensamiento divergente. En este caso, belleza y locura, para mí, pueden ser compatibles.

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  19. CrisC Says:

    Hay estudios y, desde luego, casos palmarios: Artaud, Van Gogh, el matemático ése de la mente maravillosa, me suena el dramaturgo Ibsen (no estoy seguro), no sabría decir si Céline, o el propio Panero.

    Quizás algún matemático, el ruso ése que solucionó lo de Gödel (Google me chiva que es la conjetura de Poincaré), o el ajedrecista Fisher. No sé. Intuyo que son genios a pesar de locos o locos aunque genios. Si la creación es muchas veces un auténtico sufrimiento, no quiero pensar en lo que supone sumado a una patología.

    “… semejante al águila que fija su mirada largo tiempo en los abismos, en sus abismos (…) ¡tú, loco!, ¡tú, poeta!…” Friedrich Nietzsche.

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  20. Dawn Says:

    Hamlet estaba loco… o eso dicen, pero sus diálogos eran la personificación de la cordura, Panero era igual.
    Era único, qué la tierra le sea leve.

    «Ah, sabor de la vejez, única desdicha / que nos sitúa en la cercanía de la muerte / dictándole poemas al recuerdo /dedicándole mi vida a la memoria / atroz de ser yo, ya sin pasado / ni futuro, porque el futuro / también huele mal, como el recuerdo / que desafía a la vida / y, como el séptimo sello juega sobre el papel con la muerte… » Leopoldo María Panero

    Gracias por el post, CrisC.

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  21. CrisC Says:

    … «atroz de ser yo», uff, tremendo verso: gracias por tu comentario, Dawn

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  22. Aurora Luna Says:

    Hamlet era extremadamente lúcido e inteligente. A veces una mirada tan clara, o una sensibilidad extrema, sobre la sombra que también acompaña a los grandes temas humanos puede allanar el camino a la locura. Gracias CrisC.

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  23. CrisC Says:

    Todo muy cierto, dolorosamente veraz. Sobre esa extrema sensibilidad -quizás los hayas leído- escribí tres posts que están al final de la columna de «Páginas». Sensibilidad poética I, II y III. Gracias a ti, Aurora.

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