OLOR A NADA

25:::octubre:::2013

De todos los sentidos el del olfato es quizás el más primario.

En las zonas más recónditas del paleocerebro tiene su tierra prometida, de ahí su inexorable apelación a la memoria y su carga de emotividad.

Un niño de la guerra retuvo en su memoria un aroma que no volvió a oler
y con el que no fue capaz de identificar objeto alguno… Al regresar de Rusia a España cincuenta años después, dijo rastrearlo casi como un perro hasta encontrarlo: era el de una higuera.

Esto no debería extrañar a nuestro muy reciente neocórtex, al fin y al cabo
ese mismo olfato fue una garantía de supervivencia y el substrato de una de las protocategorías: el par “puro/impuro”.

El inefable aroma del pan recién, del mar, de la tierra avariciada por la lluvia o de un bebé son, probablemente, universales incontestables.

O como amar y querer que ella huela a nada.

http://youtu.be/D2dwAJVOI74

© Six Roy

20 Responses to “OLOR A NADA”

  1. Luz Caroba Says:

    Te leo y vienen, en relación a la última frase, unos versos de Vicente Aleixandre de su poema «Comemos sombra»:

    «(…) Y hemos reconocido entonces la verdad en nuestros
    brazos, el cuerpo querido, el alma escuchada,
    el alma avariciosamente aspirada (…)»

    Aspirar, oler, estoy completamente de acuerdo cuando dices que «quizás el olfato es el sentido más primario». Juega un papel fundamental en nuestras vidas. A la hora de amar, de recuperar recuerdos e, incluso, provocarnos estados de intranquilidad o justo lo contrario, de calma (cuando abrazo a mi mamá).

    PD: no conocía el tema musical que colocas y me ha encantado. Gracias por descubrírmelo.

    🙂

    Me gusta

  2. coeliquore Says:

    Primario, sorprendente. Inexplicable, por lo que explica cómo una madre es capaz de reconocer a su bebé entre cientos de otros, o que nos impactase tanto «El perfume», cuyo protagonista carecía de él. O que yo misma, sin ir más lejos, elija las casas donde vivir por el olor que desprenden…
    Preciosas foto y música también.

    Me gusta

  3. Aurora Luna Says:

    El olor a hojas de Hierbaluisa y a ropa tendida… El sentido del olfato: tan conectado con la memoria, tan íntimamente relacionado con la supervivencia…

    Me gusta

  4. CrisC Says:

    …”el alma avariciosamente aspirada”, qué verso tan poderoso.

    El olfato está en todas las salsas de las emociones. El tema musical es un corte de la b.s.o. de Hana-Bi (Flores de fuego), 1997, de Takeshi Kitano. Te recomiendo film y música.

    Bienvenida a CrisCractal…, LuzCb.

    Me gusta

  5. CrisC Says:

    Primario, inefable las más de las veces, el olor conduce a la emotividad. Las casas -cierto, Coéliq- tienen su olor propio. Bonita foto.

    Me gusta

  6. CrisC Says:

    Cuando era un niño chico había en el jardín de un sanatorio cercano dos matas de hierbaluisa que mis cuates y yo atracábamos con fruición.

    Su olor es tan… cítrico, más aún que el del jengibre o la bergamota, mucho más que el del propio limón. Y sí, Aurluna, esa ropa al viento…

    Me gusta

  7. Dawn Says:

    Estoy segurísima que esto lo he oído antes dicho por ti,
    hasta recuerdo que me partí la cabeza intentando recordar algo relacionado con ello, el inherente olor de mi iaia.
    No se podrán explicar, pero tampoco necesitan explicación, son maravillosos igual, todos, pero especialmente el del bebé.
    Me gusta Joe Hisaishi.
    Un saludo.

    Me gusta

  8. CrisC Says:

    Me lo oíste, sí, en un contexto determinado.

    Guardemos el secreto, Dawnita (incluso para los espías de Mr. Obama). Y entiendo ese puente que intentabas establecer con el aroma de tu iaia. Nada más real.

    La explicación de un olor es el olor mismo. Salud(os).

    Me gusta

  9. Mariel Says:

    Nada huele a nada… por mucho que uno quiera. La anosmia no supone la ausencia de olor en las cosas. Creo que, en este caso, el ruido es ruido sin que haya nadie cerca para oírlo.
    Durante mucho tiempo, sin saber cómo ni por qué, de manera fortuita, el olor de cierta persona llegaba a mí como una ráfaga y me hacía estremecer, recordando mi debilidad, me llenaba de vida y me dejaba vacía de ella con la misma rapidez con la que se iba, dejando solo el recuerdo de lo que una vez y para siempre había supuesto. El olor se fue, hace mucho que no me hace sentir nada pues ya no lo huelo, pero ese recuerdo aún perdura en alguna parte de mi cerebro, me hace sentir lo mismo que aquel me hacía sentir, trastoca mi mundo, me hace pensar en dejarlo todo y embarcarme en un absurdo, algo insensato, irracional, pero que en mi mente ha sonado tan bien siempre que no dudaría un instante en tirar los remos por la borda y navegar a la deriva, sabiendo que remar sin remos contra corriente me acercaría a la felicidad absoluta. He ahí el peligro de este sentido tan primario del que hablas, querido Crisc, cobijo y desamparo de las mejores almas. Brillante, como siempre.

    Me gusta

  10. Atticus Says:

    Sólo por la banda sonora de «Despedidas» merece un lugar al ladito mismo del Altísimo. No conocía que fuera también el compositor de esta peli que vi hace mucho, y de la que apenas tengo recuerdos.

    Acabas diciendo «…amar y querer que ella huela a nada». Uffff… Creo, como Mariel, que eso es imposible. Será porque vista y oído me funcionan cada vez peor, pero la piel nunca huele igual, ni siquiera en la misma persona, ni siquiera en la misma zona.

    Ayer tome una copa de vino cuyo aroma asaltó mi nariz. Sabía correcto… Me gustó el aroma que dejaba una mujer que entró antes que yo a un bar; ella no. El lunes estuve en el cine: el olor me gustó; la peli también («La bicicleta verde»; por cierto, olía a casas encaladas, a desierto, a ropa áspera…).

    Me gusta

  11. CrisC Says:

    A nada huele cuanto no es artificio.

    Es una paradójica suerte de no idea platónica, una querencia de la voluntad más que del Ser, algo poético. Sin ruido.

    El olor a veces estremece, vacía o llena, hace recordar.

    Dejarlo todo por un aroma, uff, qué peligro, pero remar a contracorriente fortalece los músculos y aviva el espíritu.

    Brillante vos, Mariel, y a ver si dejas de remar en el Guadiana, mira que en CrisCractal hay puerto.

    Como no vuelvas te mando a mis primos kosovares.

    Me gusta

  12. CrisC Says:

    Recuerdo ese bellísimo film, Atticus, pero no su música.

    Despojados de artificio y efectismos, de toda afectación barroquizante, el no olor es real, puede serlo, y abre paso a la esencia de las cosas.

    Luego están los aromas de la Vida y, sí, conmueven.

    Casas encaladas, desierto, ropa al viento, sí… Olor a nada.

    Me gusta

  13. Tina Says:

    ¡Qué bien huele por aquí! Tendré que pasar más a menudo. Es cierto que el poder evocador del olfato es asombroso. Engancha directamente con la emoción además de con el recuerdo. Fantástica la historia que nos cuentas del niño de la guerra.
    Atención al «marketing olfativo»…, los expertos en neuromarketing parece ser que consiguen manipular al inocente consumidor con los aromas.. También!!

    Me gusta

  14. CrisC Says:

    “Evocar” es el verbo del olfato. Sin duda.

    Y también recordar, verbo ligado al corazón (cardio) y con el que construye su significado. De ahí la emotividad.

    Manipular conciencias a través del olor…, qué interesante.

    Celebro que vuelvas, Tina.

    Me gusta

  15. Josevi Says:

    «Olor a nada», eso me sugiere el silencio en la música, el no pensar, Me recuerda al concepto de «hueco» en los semiconductores, je,je je: «hueco tu anticuerpo me fascina»…
    El olfato, el sentido de la «aproximación» pero sin contacto. Da paso al «tacto» y al «gusto» en el momento de la «fusión» en «la nada».

    Me gusta

  16. Romi Says:

    «Olor a nada» evoca minimalismo que no mínimos. Todos los olores del amor encarnado se suman para generar nada… ¿o quizá todo?

    Me gusta

  17. CrisC Says:

    Olor a nada, vacío, silencio…, sí, parecen tener un aire familiar. Lo de los semiconductores, socio, joerrr, ya no lo veo. Tendré que meditarlo.

    Me gusta

  18. CrisC Says:

    Casi todo lo minimalista, hasta donde llega mi comprensión y vivencias, me gusta. Minimalismo no es mínimos: «menos es más», reza su lema. Los muchos aromas del amor pueden sumarse y dar… olor a nada.

    Me gusta

  19. LuzCb Says:

    Supongo que esto último que expresas quizá podría ser algo así como los «colores luz» o «aditivos», que al sumarse conforman luz blanca.

    Me gusta

  20. CrisC Says:

    algo así, creo que también pensé en ese paradójico resultado que es la luz blanca

    Me gusta


Deja un comentario