SER DE IZQUIERDAS

9:::noviembre:::2016

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© «Don Quijote de la Mancha». Técnica mixta sobre papel. Antonio Saura, 1987.

I

Hace mucho que este post me exigía luz.

Me abrumaba -y me abruma- su inmensa dificultad. No temo que remueva lo que la ensañada Vida ya ha removido en mí, lo que temo es ser grandilocuente y no dar con el núcleo de la cuestión.

Y no estoy satisfecho con el post pero no sé hacerlo mejor.

II

No se trata de ideología o de política, no primordialmente.

III

Hace algunas semanas vi una peli. Mala. No importa cuál.

Una de esas películas en las que todos serán, al final y en el fondo, buenos. Una de aquellas historias con aquellos emotivos discursos que llenaron mi adolescencia de fascinación por las palabras.

Vi conmovido cientos de ellas.

IV

El cine quijotizó mi alma. Fue El Cine.

V

Ser de izquierdas es un dictado del corazón. Inapelable.

Sale de las tripas, palpita, lo eyacula el sexo, hambrea, lo exuda la piel, revienta y se advierte en el temblor de los labios, el sudor de las manos, el aliento, compone la química de la mirada y hasta el modo de andar.

Cuanto llamamos razón indefectiblemente llega después.

VI

Antes de militar en la izquierda yo ya lo era.

Porque antes hubo Charles Dickens y sus huérfanos o Victor Hugo y sus miserables. Y hubo Capra y aquel caballero sin espada. O Atticus Finch. Y el Alonso Quijano que quiso ser Don Quijote.

Ellos como otros y un no sé qué más nutrieron mis lágrimas y mi ira.

VII

Porque en verdad eran ejércitos, no rebaños; gigantes, no molinos.

VIII

Ser de izquierdas ocurre en la infancia. Se mama.

No resulta de un análisis económico o político, no se desprende de la idoneidad o no de un sistema y no deriva de un artificioso conjunto de premisas por lo general vacuas.

Ser de izquierdas se cuece a fuego lento en el hígado.

IX

Se es de izquierdas por amor.

X

Es padecer algunas insoportabilidades.

Es no soportar que alguien pase hambre. Es sentir como un desgarro insoportable que a una niña la vendan a los doce años. Y es optar por los que sufren el zarpazo de las muchas hienas del Poder.

Por los que no pueden aunque tantas veces sean lacayunos.

XI

Ser de izquierdas es abrirse las venas.

Y no caer en la más lerda de sus patologías, el maniqueísmo, que alienta, justifica y celebra a fantoches y dictadores de manual con una retórica tan vil y obtusa como viejuna y criminal.

Ser de izquierdas es haberle dado mulé al Padre. Y a Dios. Es esto.

XII

Ser de izquierdas es saberse dueño de la propia roca.

XIII

Ser de izquierdas es soñar y también impedir que el sueño de la razón produzca monstruos. Es ponerle razón a los instintos y también optar por los instintos frente a la razón.

XIV

Es brindar por la alegría de vivir poco después del llanto.

XV

Ser de izquierdas es ser un ingenuo. Y tratar de no serlo.

Y procurar la amabilidad, la gentileza, la risa, las atenciones, la palabra mesurada y la consideración de la humanidad del otro. Ser de izquierdas no tiene mérito alguno porque no se elige.

Ser de izquierdas es militar en la lucidez, el coraje y la elegancia.

XVI

Ser de izquierdas es lo que no son tantos que creen serlo.

XVII

Es lo que fui. Ahora soy un desertor.

La partida. Inti-Illimani.

… dedicado al joven idealista que fui
© CrisC

16 Responses to “SER DE IZQUIERDAS”

  1. enrike Says:

    Me parece auténtico este post y objetivo, relevo una cierta complicidad en esas frases que no sé expresar tan bien pero me identifico… Me alegro de leerlo con este día de pesadilla americana…, pero hay personas con un cierto nivel de consciencia que lo consiguen… Gracias, CrisC.

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  2. CrisC Says:

    Celebro tu vuelta y que te guste el post, Enrike, y esa complicidad. Un abrazo. Gracias por tu comentario.

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  3. Vicky Says:

    Mis ancestros hombres, vivían en una izquierda lejana y local. Llena de iras contenidas, víctima de las utopías y el poder insensato que dan las armas de los dictadores.

    Y vaya, yo no sé qué es ser de izquierdas. Aquí las hemos visto encumbrarse como la bestia que menos repudiable que la derecha porque siquiera miente, aun así lastima.

    Me parecen utópicos mis amigos veganos antisistema pero los vientos soplan para que o elijamos la infamia o la anarquía.

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  4. In Progress Says:

    Alguien grande…, inmenso…, contó una vez que en los circos, a los elefantes, animales de varias toneladas de peso, los tienen atados de una pata con una cuerda, en cuyo otro extremo simplemente hay una estaca diminuta.
    Un simple movimiento violento del animal provocaría que la estaca saltara por los aires, liberándolo.
    La cuestión es que esa estaca parecía enorme cuando el elefante era recién nacido, que fue el momento en que fue atado por primera vez a esa pieza de simple madera.
    Por más que se esforzaba en soltarse, no lo conseguía.
    Un día desistió del intento, entendiendo que jamás conseguiría liberarse y que esa estaca diminuta era un gran obstáculo.

    El señor inmenso nunca detalló si el elefante estaba a la derecha o a la izquierda de la cuerda, la cuestión es que estaba sometido por alguien que había destruido la proyección de él mismo.

    http://www.youtube.com/watch?v=evk3iEMI9w0

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  5. CrisC Says:

    Las utopías, ay, más distópicas que otra cosa. Cuánta esperanza que generó tanto sufrimiento. Nunca la infamia, Vicky, y la anarquía me vale como ideal regulativo. Gracias por tu comentario.

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  6. CrisC Says:

    Nunca reparé en esa pequeña estaca ni en lo que significa y logra. Gracias, Ip, por tu comentario.

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  7. Miguel Says:

    He guardado, CrisC, tus palabras por si alguna vez alguien me pregunta qué es ser de izquierdas.

    Me gustaría haber nacido de izquierdas…

    Gracias por compartir tanto con nosotros.

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  8. CrisC Says:

    Le faltan muchas palabras a este ser de izquierdas mío, pero me complace que las consideres dignas de guardar. Gracias por tu comentario, Miguel.

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  9. konnichi Wa Says:

    Leerte me ha recordado a El banquero anarquista que leí hace unas semanas y me pareció brillante, genial.
    Las injusticias de la Naturaleza no las podemos evitar, dice el banquero, pero las de la sociedad y sus ficciones, sí.
    “Ser de izquierdas es lo que no son tantos que creen serlo”, eso dices tú y eso dice el banquero.
    Gracias por compartir aunque no estés satisfecho, CCT.

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  10. Utopía Says:

    Me siento casi alma gemela tuya por lo que dices, siempre he dicho que soy de izquierdas de tripas (ya ves, bastante poco elaborado y menos elegante), no puedo ser otra cosa. Eso sí, mi ser de izquierdas se sitúa en la acracia, que poco poder ha tocado, menos aún ahora.
    No soy desertora, solo una escéptica con el ojo avizor por si vuelve a resurgir algo auténtico como fue el 15M.

    Una preciosidad «La partida».

    Abrazos.

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  11. CrisC Says:


    Es una obra maestra -que leí y releí hace lustros- esa breve narración de un Pessoa que dice, según dices, lo que yo digo y que también dice el banquero. Son muchos decires. Gracias, knW, por tu comentario.

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  12. CrisC Says:

    Puede que una izquierda inteligente sepa llamar a una dialéctica entre la razón y las tripas, aunque jamás lo he visto, pero lo que no hará nunca es enfrentar la naturaleza humana, y eso no lo veré yo ni nadie. La partida es una maravilla; cierto, U-top, gracias por tu comentario.

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  13. Atticus Says:

    Una lectura superficial y rápida de tu post me hizo torcer el gesto. Ahora releo más tranquilamente. Entiendo lo de las tripas, la indignación por el hambre de un niño y las injusticias crónicas. Pero, como bien dices, también es «no caer en la más lerda de sus patologías, el maniqueísmo, que alienta, justifica y celebra a fantoches y dictadores de manual con una retórica tan vil y obtusa como viejuna y criminal». Mejor no comento ni pongo ejemplos.

    La izquierda o es ilustrada o es líquida. Líquidamente peligrosa, inflamable, sólo destructiva. No debe. Hay peligro. Por eso, me gusta especialmente cuando dices que «ser de izquierdas es soñar y también impedir que el sueño de la razón produzca monstruos. Es ponerle razón a los instintos y también optar por los instintos frente a la razón». De esta última parte no estoy tan seguro.

    Por supuesto, suscribo y entiendo que «ser de izquierdas es saberse dueño de la propia roca», no huir a otras vidas ni ficciones, enfrentarse a pecho descubierto. Subir la roca…, que vuelve a caer, inmisericorde.

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  14. CrisC Says:

    La indignación es condición de posibilidad de toda decencia moral, nadie debería renunciar a ella y tampoco al ejercicio de la razón.

    Hay quienes confunden la primera con sus digestiones, mal llevadas desde siempre, y quienes usan la segunda para justificar las primeras.

    Ser de izquierdas es algo difícil, muy difícil, porque exige equilibrios entre diversas fuerzas. Y complejidad. Y mirar de frente a verdades incómodas. Y ser capaz de soportar las miríadas de simplezas, hipocresías y tontunas, sobre todo esto, de los que creen ser de izquierdas.

    No. No es nada fácil. Pero eso sí, saberse dueño de la propia roca o ser el capitán de la propia alma (es que vi el otro día Invictus, es un poco Disney, muy Disney, pero qué le vamos a hacer, me la vi hasta el final, otra vez, con lagrimicas de agüela excursionando mi rostro. Si seré capullo)…

    Gracias por tu comentario, Camusátticus.

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  15. Manel D. Martí Says:

    Me alegro de que por fin te decidieras a publicar este post. Por otro lado, también me gustaria saber qué te llevo a, finalmente, tomar la decisión.

    Creo que todos tenemos una responsabilidad con el resto de la humanidad de la que no podemos escapar. No desde un punto de vista altruísta, sino desde de la perspectiva de que el ser humano es un continuo proyecto que nunca acaba. Y nosotros lo construímos desde nuestra individualidad. Cada paso que doy, lo doy, quiera o no, lo doy en nombre de algo más grande.

    En esa sencilla premisa, en esa responsabilidad a la que no podemos renunciar, he encontrado el sentido a eso de ser de izquierdas. No sé si lo he conseguido, pero sé que sufro enormemente cuando me descubro deufradándome, deufrandándonos.

    Un texto precioso y muy sentido CrisC, realmente lo he disfrutado.

    Un abrazo.

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  16. CrisC Says:

    Inadvertidamente CrisCractal ha ido haciendo genealogía de mi vida.

    La cuestión de este post ha ido por ahí más o menos subterránea, y este verano le di forma definitiva; esto es, renuncié a reescribir más… Cuanto contiene no guarda relación con ningún hecho de la actualidad, tampoco el momento elegido.

    Comprendo lo que dices de esa conexión personal con todo cuanto existe y cuantos existen. Citas por ahí a John Donne. Toda mi vida es una tensión entre mi natural altruista y mi desencanto desertor.

    Nunca dejarás de ser de izquierdas, Manel, pero quién sabe si dejarás algún día aciago de estar en ellas.

    Gracias por las palabras de tu comentario y celebro que lo hayas disfrutado.

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