PARADOJAS DE LA BELLEZA

24:::May:::2013

music nz

Hace una pila de años… Oía un programa de música clásica en Radio 1.

Lo hacía no más que por la sintonía de su presentación. Una música deliciosa… Desconocía autor y obra, pero aquella dulzura es de ésas que parecen decirte, sobre dos lágrimas, que hay algo bueno en tu corazón.

Pasó el tiempo y uno de aquellos días (re)descubrí dónde la había oído antes. Formaba parte de la B.S.O. de una película. Una emotiva película.

Ésta es la última secuencia de El gran dictador. De Charles Chaplin.

http://www.youtube.com/watch?v=heoHLoBfMcs

Indagué y… me quedé de piedra.

Se trataba del Preludio al Acto I de Lohengrin (Richard Wagner). Bellísimo.

http://www.youtube.com/watch?v=lqk4bcnBqls

Del gran Wagner -algunos lo han negado- se ha dicho que fue un burdo antisemita. Y ese antisemitismo -tildado de estúpido por Friedrich Nietzsche, que ironizó con la posible ascendencia judía del músico- favorecería su celebración nazi (ésta no es por sí sola argumento alguno, claro está).

El gran dictador es de 1940, aún no se sabía mucho de Auschwitz.

Chaplin eligió a Wagner para su film, ¿desconocía su antisemitismo y el gusto de los nazis por su música? ¿O aun así, como un Barenboim (1942) de nuestro tiempo, reivindicó la estricta música del músico de Bayreuth?

Me gusta la música de Wagner aun cuando fuese un capullo.

Sin música la vida sería un error.
Friedrich Nietzsche. En «Sentencias y flechas», aforismo 33. Crepúsculo de los ídolos.

© Six Roy